miércoles, 3 de agosto de 2011

Ser irreal es la cuestión

Te escribo para decir adiós de la única forma que sé, desde el silencio que produce eco aun cuando no es del todo lógico. Te diré adiós sentada en la silla de la resignación, te digo adiós aunque te veré siempre y a lo mejor no te olvide, pero me podre acostumbrar a verte sin sentir nada de lo que me arrepienta luego.

No puedo ocultar que te recordare cada que el sol haga brillar la marca de mi cigarrillo, tampoco puedo negar que me tardara tiempo aceptar que esta vez quien perdió fui yo, y que muy seguramente también perdiste un poco simplemente por navegar en el mar de la indecisión.

Entonces a solas me pregunto ¿Qué perdí? y mi loca consciencia responde que no perdí nada mas que unos cuantos días, y un poco de dignidad... pero definitivamente lo peor es perderte a ti aun cuando jamas has estado del todo en el lugar que merecías.

Te escribo para recordar que era mejor cuando no existías, pues solía tener noches tranquilas y concentración en mis días; era mejor cuando creía que me querías por ser irreverente, pero todo se lo llevo el viento en una semana con decisiones apresuradas que jamas debieron ser, que jamas debieron recordarse.

Entonces a solas me pregunto ¿Por qué prefiero tu vos? y una parte dulce de mi ser responde con una cancioncilla que me recuerda tus pasos descoordinados haciéndome sonreír a la nada y aceptando que la torpeza de tu vida es agradable porque me hace sentir que entonces todo es real.

Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma

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