
Danzando con la angustia ofrezco un brindis por tu confusión entre tomar lo que adoras y esperar lo que deseas; llorando con la humildad de aceptar que eres efímero y en cualquier momento te disiparas sin decir adiós, sin perdir perdón, sin una explicación.
Pero te espero reteniendo una gota de esperanza que tiene un sabor morapio, porque mi confianza en las deidades es el único recurso para hacer existente lo que temo decir cuando el tiempo parece no ser el indicado, cuando el cielo parece no ser el conveniente.
En tardes solitarias me gustaría estrecharte bajo la lluvia y sentir que jamas hemos estado lejos; en tardes huidizas podría comprender que me seduce tenerte cerca, que me enamora tu mirada estridente custodiada por delicados hilos perfectos que prometen devoción en un futuro que nadie espera.
En tardes solitarias sonreiría con el vicio de la imperfección, pues vislumbrara en un solo segundo el significado de perder la consciencia por un par de besos fortuitos que en adelante no serán memorias sino realidad de un sentimiento diferente a todos pero igualmente inconcebible.
Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma
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