lunes, 15 de agosto de 2011

Olvida la ausencia de quien jamas te importo.


Deja que la primavera se vaya con tu cara bonita, con tus recuerdos y tus caricias que algún día parecieron ciertas, con tu mirada que a pesar de todo no puede mentir; deja que el viento se haga caliente y destruya mis sentidos, así podrás recordar que morí en pie por no poder olvidarte.

Pregúntale al atardecer por mi conciencia pues la he olvidado en una guerra que creo perder por excelencia; cuestiona a la primavera y ruégale por respuestas que aunque mudas entenderás bajo el manto de la soledad.

Sonríele a los demonios cuando me veas lejos, olvidando que alguna vez estuve ahí para salvarlo todo; olvidarme aunque jamás me hayas pensado, niégame aunque jamás me hayas tocado, ignórame cuando me vaya porque entonces el dolor será opcional y la miradas ya no descenderán en tu cuerpo nunca más.

Deja que el invierno convierta tus labios color rosa en delicado perfume para el firmamento, regálale tus brillantes ojos a la luna para que me alumbren en la opacidad de mi alma cuando las estrellas se destruyan para ir a parar en tus cabellos; olvídate de sonreír cada mañana, pues ya nadie más adorara tu sonrisa como lo hice yo; olvídate de recordarme porque incluso en tus peores días yo hubiese estado ahí guardando tus melancolía y reparando tu esperanza para darte un nuevo día


Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma

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