
Podría oírte en silencio por horas, esperando que las rosas sobrevivan en invierno y que la nieve caiga sobre tus labios aun en primavera; podría susurrarte en sueños y quitar el velo que opaca las palabras que tan celosamente he preparado para vos; podría seguir callando y seguir soñando en el día y escribiéndote en las noches.
Suspicazmente llegara el día en que solo existan fantasmas de mi imaginación, ese funesto día en que mi sonrisa no brillara mas y las únicas palabras que perduraran serán los mensajes que con fascinación escribí en el vidrio de la ventana en las tardes frías que pasamos solos.
Así que aquí estoy como tantas noches pasadas, con tu recuerdo en el vidrio de mis ojos, con tu aliento como aura, con tus besos como alma y con la soledad de creerte contrincante de una batalla que siempre he jugado sola en un tablero donde apareces como invitado de vez en cuando.
Podría leerte si no estas, porque la verdad es que me perturba el hecho de tenerte cerca y no poder siquiera verte; inadmisible me resulta decir adiós cuando lo que quisiera es morir solo por no verte partir... Podría abrazarte sin recelo en una noche fría, podría subastar mi psiquis por tus ojos, y definitivamente podría darte un mundo unitario de invierno con el esplendor de primavera y la sabiduría de otoño.
Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma
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