
Te escribo en mi mente cuando te observo con los ojos cerrados, te detallo todo el tiempo a hurtadillas como quien el saldo de la fantasía se le agota porque es ahí donde pasa su tiempo desmesurado corrigiendo facciones de tu cara inmejorable.
Te veo, te envidio... incluso puedo decir que te deseo como la luna a la luz del sol para poder brillar en sus noches de eterna presunción. Te deseo libre como siempre, irreverente, alienado, tórrido, frágil e incluso inmoral y sicalíptico; te deseo en mis noches armónicas cubiertas por el delgado paño de la niebla que emana tu boca en invierno; te deseo aquí escribiendo pensamientos abrumadores en mi ya gastada pizarra de los sueños.
Te escribo tanto, que cada vez tengo que recurrir mas a la realidad para poder gastar las frases impacientes que se agruman en mi mente, te escribo con la única razón de recordarte siempre, porque las palabras se van cada noche enredadas en la cortina del pasado y lo único que prevalece son las letras de un ya cansado grafito que se esconde del mundo solo para poder hablarte un poco mas.
Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma
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