
Hiere la sensación de estar encerrada en una caja; también me preocupa porque la claustrofobia mental me hace pensar cosas irreales, cosas que no podrían salir de unas cuantas paredes mudas que lo ven todo pero jamas están seguras de querer decir tan solo un poco.
Confieso que me calcina la idea de estar pensando en ti a cada segundo, el estar soñando contigo todas las noches y creer que eres con quien despierto cada mañana. Confieso que no debería escribir frases sueltas solo por ocultar tu nombre en este párrafo, no debería haber encontrado similitud entre tus facciones y las de un bosquejo gastado de perfección que alguna vez alguien puso en mi cerebro.
Reconozco que me importas mas de lo que alguna vez creí posible, me importas tanto y eres tan especial que aun en mis momentos de desesperación no ha salido una lagrima por tu culpa, quizá no la mereces o en el mejor de los casos es una promesa firme de no llorar por quien te alegra la vida sin decir nada, sin mirarte, sin pensar en ti.
Así, mientras la melodía de algún artista lejano continua sonando en el violín que parece dictarme las palabras que debería decirte, realmente solo las escribo porque la pusilanimidad del momento es mas grande que un cerebro adornado de cristales brillando de excelentes ideas expuestas en vocablos refinados que incluso no entenderías.
Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma
No hay comentarios:
Publicar un comentario