martes, 12 de julio de 2011

El jarrón da forma al vacío y la música al silencio.

Aun en contra de la voluntad, las letras se escabullen por pequeños impulsos sorpresivos que terminan siguiendo el ritmo de un corazón que con frecuencia no late, sino que es obligado a moverse por un cerebro sordo que no entiende razones, que no sabe dar ordenes porque jamas ha escuchado música que apacigüe su alma, que destroce el silencio.

Aun sin explicación, el infierno sigue estando lleno de músicos apasionados porque es allí donde la música juzga todo lo malo que has hecho; irónicamente siempre terminamos odiando a quien escribe porque sus letras van como pequeñas ataduras delicadamente colocadas en una cruz que entona sonidos repetitivos pero culpables de las mas grandes compañías.

Y como un eco proveniente de esa oculta y solitaria alma, tu voz pasa de ser una compleja aritmética a una delicada canción que logra crear armonía entre un cielo cansado de ser olvidado y una tierra confundida con la fantasía.

Irónicamente, es la muerte la que toca a tu puerta cada vez que escribes lo que deberías decir... sinceramente podría estar muriendo ahora mientras tu música aun hace memoria en mis pupilas que no se conforman con observar lo que esta a través de todos, sino que hace una bitácora detallada de un viaje inexistente por un mundo que solo existe en seis segundos atrapados por siempre en una curva con tendencia a convertirse en realidad.

Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma

No hay comentarios: