miércoles, 11 de mayo de 2011

De nada sirven los oídos cuando hay un cerebro sordo




Hoy es un dia mas de esos en los que juego a escribirte, en los que anhelo decirte cosas, pero en ultimas estas cosas jamas llegaran a tus ojos para ser leídas, tampoco llegaran a tus oídos, porque a lo mejor no quieres escucharme.

Hace unos años, leí de un poeta español, que la risa maltrata el rostro, pero por ti... solo Dios sabe cuantas sonrisas podría darle al mundo cada día. Por ti podría renunciar al deseo de hacer musica, aunque se te encanta, por ti podría renunciar a mi filosofía aunque se que la amas, por ti podria renunciar a la vida y morir contigo abrazado entre letras carmesí.

Reconozco que he mentido ¡tanto!...que en el instante se levanta una montaña entre nosotros, y con certeza solo yo podría describir lo que estoy sintiendo por ti ahora; y solamente me gustaría verte por ultima vez como en alguna ocasión se lo escribí a alguien, pero no se como decirte pues me molesta saber que ni siquiera querrás verme porque tu corazón cobarde no entiende se sinceridades.

Así que la vida se me pasa como los arboles tras la ventana de este autobús, en cuyos cristales aun puedo ver tu reflejo inmaculado de tez perfectamente blanca; la vida se me va, escuchando canciones de tu banda favorita, y tu también te vas, esta vez sin razones ni explicaciones, te vas dejando un acorde de Re mayor en unos labios pálidos y fríos, te vas y esta vez no pedí me llamaras.

Erika Zúñiga Lee
Puedes copiar todo lo que quieras, pero si no me das los créditos
el día que mueras robare tu alma

No hay comentarios: