Yo no te pido me entregues tu vida y todo lo que hay en ella, no te pido que tus palabras solo hablen de mi, ni que tus miradas solo tengan órbita en mi ser; solo te pido que me dejes alumbrar tus rincones con mi luz, que me dejes contarte historias mientras duermes con esa sonrisa que me transporta a una fantasía incomparable.
Yo no te pido palabras bonitas cada día para tener certeza de tu amor; me encantaría en cambio vivir historias a tu lado, y superar problemas que luego podríamos escribir entre risas mientras nos maravillamos por algún lugar extraño que no sea de nadie, que no tenga reloj, que no obligue a despedidas que duelen en silencio escondidas por lineas que pretenden parecer sonrisas.
No quiero negar ni olvidar nuestro pasado, no quiero borrar las tristezas, no quiero suprimir los días perdidos porque sin duda en ellos te he aprendido a amar como lo hago en el presente; no quiero despreocuparme del futuro porque con certeza te quiero tener ahí cuando los años parezcan ser mas cortos y mas fríos que de costumbre.
Mientras tanto, sigue llenando mi presente de situaciones ilógicas que aunque en ocasiones me hacen difícil respirar, son la muestra perfecta de un cariño delicado y real que no se daña si cae porque es suave, que no declina si lo aplastan porque es flexible.
Yo no te pido que renuncies a tus sueños, solo quisiera que me dieras espacio en ellos porque sin duda estas presente en mis planes como parte fundamental de una felicidad que no se complementaria si tu ausencia es larga; no quiero que me complazcas mis caprichos ni que adornes mis ilusiones, solo quiero que me regales una razón para darle sentido a este querer profundo, solo quiero que me recuerdes que tus promesas están ahí, y que tu sonrisa siempre sera sincera conmigo.
Erika Zúñiga Lee
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el día que mueras robare tu alma
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