Final

Quisiera regalarme un mundo diferente, con personas diferentes, con sentimientos diferentes, o mejor... sin sentimientos. Es que la vida está vacía, dañada desde hace tiempo con un virus que invisible se mezcla en la existencia y destruye poco a poco la posibilidad de ser felices.

Quisiera regalarte una vida sin problemas, un amanecer distinto y una noche sin preocupaciones de ningún tipo. Una vida donde puedas sonreír sin el requisito de haber sufrido antes.

Quisiera regalarnos un lugar solitario, alejado de todos, donde podamos ser como siempre lo soñamos; como siempre lo escribimos en nuestros diarios... libres de la sociedad, incluso libres del amor.

Quisiera poder escribir que te amo, y que los días aun se me hacen largos pensando en ti, pero estaría mintiendo de la manera más absurda pues desde hace un tiempo ya no sé que siento, ya no sé que pienso cuando me preguntan por ti... A lo mejor moriste y no lo noté,  a lo mejor nuestra historia se fue y nadie esta interesado en leernos.

Ella

Ella, que existe en tu vida y te ama aún sin importar tu pasado, sin necesidad de un corazón aprendiz porque en su vida también ha sufrido mucho y deseado encontrar por fin la seguridad que ya no es lujo sino necesidad.

Ella, sonriente aunque sea una farsa... te abraza, te besa y piensa que tu también quieres pasar tus últimos días agarrado de su mano aunque hayan muchas. 

Ella...

Ella no se equivoca, porque te ama

Ella...

Ella no se equivoca porque conoce a un tú que no es verdadero

Ella...

Ella es la menos culpable en este mar de engaños que quizá nadie conoce a fondo

Ella, feliz con su mundo y con su fantasía; cada mañana despierta y no desea más que decirte buenos días aunque estés lejos, aunque estés pensando en todo menos en ella.

Ella, que calla y de repente también dice muchas cosas porque su naturaleza es incontrolable; es linda y se siente segura de tu amor que realmente no es mas que cariño y necesidad de no sentirte solo... ese amor que no es más que egoísmo. 

Ella... 

Ella no quisiera ser nadie más en este mundo porque su mundo eres tú y te adora

Ella...

Ella no imagina que cada día son besos inconformes los que recibe

Ella...

Ella no sabe cuantas más desearían ser ella

Ella simplemente quiere hacerte feliz, cambiar tu mundo; tu sin embargo no sé que esperas de ella, porque pareciera que no le amas, pareciera que piensas no te merece; pero ella... ella solamente no conoce nada, no conoce a nadie, no te conoce a ti, ni a su vida, ni a su mundo.

Ella...

Ella es mentira

Ella...

Ella es quien llora en el futuro

Tú...

¿Quien eres tu?

Horizonte carmesí

Hemos perdido en este juego que nadie decidió empezar, pero que bajo todos los pronósticos creció día a día como un mal que se expande con prisa hacia la muerte.

He visto desde la orilla del rió los pájaros volar alrededor de las flores, seduciéndolas con sus plumas brillantes mientras el viento juega escondidas con los arboles que están muriendo ante el inminente invierno.

A veces el sol se mezcla en la ventana para recordar que hay vida después de los sueños, para recordar que las sonrisas espontáneas son producto de tocar la vida con los dedos, con la piel, con el aliento que nace ante ese primer suspiro.

Yo te recuerdo conservando aquella flor que jamás me diste, pero que reclame después de algunos años; aquella flor marchita que aun conserva el olor de aquel momento mágico donde ya la amistad parecía demasiado poco.

Entonces me pregunto ¿Dónde estás ahora que mi habitación está vacía?
¿Dónde reposan tus huesos quizá llenos de ilusiones?
No comprendo aún el por qué todo la necesidad de tus voz se acerca de repente junto con esas ganas de abrazarte que no se calman ni teniéndote cerca.

Sin embargo siempre te vas, sin importar qué suceda, porque es el futuro el que me llama y es el pasado en el que has decidido estar como un recuerdo punzante que en ocasiones parece no doler, pero aniquila con cada segundo que se marca en el reloj.

Erika Zúñiga Lee

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el día que mueras robare tu alma

Lento

Es que las tardes se pasan lentas como si murieran, como si en cada segundo dejaran un pedacito de vida que les gustaría alguien recordara de ellas; las tardes se pasan mientras el cielo se oscurece en la montaña y mientras las nubes se acercan para derramar amor y tristeza según corresponda.

Las tardes se pasan lentas y así entregan su alma a la imponente noche que jamás perdona, pues llega cargada de recuerdos que a veces no quisiéramos encontrar en las paredes frías de nuestra casa.

Es que la vida se nos va en recuerdos, y ya no podemos hacer nada para evitar caer ante ellos que se escurren por el cristal de la ventana, por el espejo y por nuestro suelo como una enredadera que succiona vida y alegría que logramos robar de otros.

Es que las tardes se pasan lentas y el piano no deja de escucharse a lo lejos, es como si deseara encontrar compañía en las flores o en la tierra que se moldea para la vida y jamás dejará de existir, aunque muera de la forma en como la conocimos cuando aún las canciones decían la verdad.

Erika Zúñiga Lee

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el día que mueras robare tu alma