Voy a regalarme segundos especiales conmigo; con mi alma que no sé si aun existe, o si a lo mejor escapó asustada al ver mi vida enredada en historias que ni siquiera eran mías. Voy a dormirme sin prisas esperando que las nubes se tiñan de rojo como si fueran besadas por diosas fugitivas de corazones que murieron esperando aliviar el caos; en estos momentos quiero dejarlo todo, incluso quiero que la tristeza se tome vacaciones junto con la felicidad que juega escondidas a diario.
Quiero quedarme quieta, esperando que ella aparezca en el horizonte sonriente luciendo su mejor vestido, ese que siempre usa para atraer miradas que podrían crear infiernos; quiero solamente cerrar los ojos y hacerme pequeña mientras me alejo de todo pausando latidos que ya no dicen ni suplican nada.
Voy a regalarme un momento para pensar en mis grandes sueños, pero tampoco quisiera pedir deseos a quien ignora mis palabras y se lleva mis mejores personas; solo quiero un universo diferente donde incluso sentir miedo sea el motivo de una sonrisa inexplicable.
Quiero encerrarme en la felicidad que después de un momento resulta ser mi mejor pesadilla, quiero agarrarme al cielo y observarlo todo mientras me duermo en un sueño que transporta al futuro; quiero regalarme la brisa y los últimos rayos de sol en mis pupilas para recordarme que sigo esperando volver a un juego que no entiendo pero tampoco me permite renunciar.
Erika Zúñiga Lee
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el día que mueras robare tu alma
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