Llega la madrugada y tu recuerdo golpea en la ventana; pequeñas notas en un piano viejo que reposa en la sala, triste melodía en C mayor. De repente te haces aire, y te mezclas con el olor de las flores junto al espejo que refleja la chimenea donde tantas veces tomamos café.
Se oyen de nuevo los acordes de tu nombre, el timbre de tu voz que vibra en mis cabellos que se mecen como ramas de pino acompañando tu canción. Se siente tu aliento en el aire, tu sonrisa en mi piel y te sueño como si no existieras, como si te inventara.
¿Por qué desapareces con la lluvia?
Me llega aquel recuerdo de tú marchándote bajo una brisa suave aquella noche, con tu caminar rápido, con tu sonrisa puesta, con la música adornándote porque eres música y respiras música. Me recuerdo a mí sonriendo en el cristal del auto confiada porque te vería de nuevo, ignorando el tiempo, ignorando todo.
Se oyen de nuevo los acordes de tu nombre, y apareces a lo lejos como ignorándome, como eliminándome de tu vida y reduciendo a fantasías mis ganas de hablar contigo. Se siente tu aliento en el aire y te respiro por si no te vuelvo a ver... y se oye el piano de nuevo, te observo y ahí está tu sonrisa.
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